Ya no me voy para Europa
Siempre hemos soñado con salir a otros países para disfrutar de paisajes impresionantes y aunque todo el mundo tiene su atractivo luego de ir a Arboledas me convenzo más que no hay que ir tan lejos, basta con apreciar lo que tenemos en nuestra casa para enamorarnos de nuestra naturaleza, estoy seguro que al otro lado del mundo muchas personas quisieran venir a Colombia para ver nuestra biodiversidad.
Para llegar al municipio de Arboledas solo hay que salir de Cúcuta (Frontera con Venezuela) por tierra y en solo 3 horas de carretera podrás estar allí, durante el recorrido aumenta la altitud de 300 hasta 1900 msnm alcanzando un clima agradable de unos 18 grados, pasando por 3 municipios turísticos como lo son Zulia, Santiago y Salazar de las Palmas, al llegar a nuestro destino el ambiente citadino es cosa del pasado, todo, desde la arquitectura tradicional, los ruidos, animales y sus habitantes nos demuestran que hemos llegado a la verdadera Colombia, la propia Colombia.
Nuestro viaje está acompañado de verdaderos profesionales del turismo y conocedores del territorio y de algo impresionante que no sabíamos que existía en nuestro departamento, el avistamiento de aves, pensaba que solo se practicaba en otros partes del mundo y solo se veía en “National Geographic”, que grave error de ignorancia la mía.
Conocimos a Wilson Ortega y Alberto Peña quienes serían nuestros guías durante el recorrido por este gran municipio y por la ruta que tienen establecida para el avistamiento de aves, nos dieron la recomendaciones para la travesía, buenas botas, binoculares y la cámara fotográfica para capturar los mejores momentos de las aves en su entorno natural.
Domingo 5am, punto de encuentro el parque principal, foto grupal de la salida y emprendimos la caminata, a pocos metros de iniciada la ruta llamada Piedra Gorda dicha piedra no solo marca el inicio de la ruta sino que conserva un mito interesante…… a medida que avanzamos nos integramos con el bosque (es importante ser responsables ambientalmente y respetar estos espacios naturales, por ningún motivo debemos alterarlos con nuestros desperdicios de todo tipo, lo que le damos a la naturaleza ella nos lo regresa) el avistamiento de aves es una disciplina de paciencia y mucho sigilo, esperar y observar, sin embargo, en esta ruta no fue necesario la espera, el movimiento de las alas en las ramas de los árboles guían los oídos hacia la dirección para ubicar rápidamente a los primeros protagonistas alados.
Los profesionales guías de turismo y los expertos que nos acompañaron de una manera muy práctica nos enseñaron los nombres de las diferentes aves, sus características y lo que los hace especial, es impresionante la capacidad de aprenderse tantos nombres científicos con solo una ojeada al ave desde lo lejos, eso solo demuestra la pasión y la entrega con la que estos profesionales hacen su trabajo.
La ruta es corta pero emocionante, en solo 2 kilómetros de recorrido aparte de vivir las maravillas de la naturaleza se puede observar toda la extensión del pueblo, y al finalizar, un camino lleno de flores con la que nos despedimos de este camino, eran las 2 de la tarde y debíamos regresar, lo hicimos con una experiencia más en nuestro libro, no volvimos siendo los mismos, ahora cada vez que escuchamos un ave recordamos el gran universo que hay entorno a ellas, que solo somos guardianes de este planeta y que somos inferiores a este planeta y su grandeza.
Aquí el reloj no existe, usar el celular debe ser visto como un irrespeto al momento vivido, la única conexión válida es con la naturaleza y el trinar de las aves.
Autor: @hugo_echeverry
